«Cuanto más alto coloque el hombre la meta, tanto más crecerá»
Friedrich Schiller.
El TDAH o Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es un trastorno neurobiológico de carácter crónico, sintomáticamente evolutivo y de probable transmisión genética, que afecta a entre un 5 y un 10 % de la población infantil, llegando incluso a la edad adulta en el 60 % de los casos.
Está caracterizado por una dificultad para mantener la atención voluntaria frente a actividades, tanto académicas como cotidianas, y unido a la falta de control de impulsos.
La sintomatología puede manifestarse de forma diferente según la edad del niño y se debe desarrollar en dos ó más ambientes, como en casa y en el colegio.
Se da con mayor frecuencia entre los niños que entre las niñas, en una proporción 4:1, y lo padecen tanto niños como adolescentes y adultos de todas las condiciones sociales, culturales y raciales.
La opinión actual sobre la etiología del trastorno se centra en un fallo en el desarrollo de los circuitos cerebrales en que se apoyan la inhibición y el autocontrol, funciones cruciales para la realización de cualquier tarea. El trastorno se divide actualmente en tres subtipos de acuerdo a las principales características asociadas al desorden: inatento, hiperactivo-impulsivo y combinado.